La semana pasada devolví a la biblioteca el siguiente volumen del que os hablo, editado por Valdemar, como los recopilatorios de Edward Gorey.
Soy fan del humor negro, y los que me tienen cerca ya lo saben aunque a veces me censuro muchísimo, no vaya a ser que me tomen por lo que no es.
Ha sido un gusto y un placer reírme a carcajada batiente con las viñetas de Charles Addams para el New Yorker. La familia Addams que conocemos, parte de ahí, pero aún más, creo de la serie que posteriormente se realizó en los sesenta. Las escenas de humor marital son muy divertidas y todo ello a caballo entre viñetas que tratarían temas de aquel momento y otras que bien podrían haberse publicado hoy. Hay una de unos arqueólogos que me viene a la mente, tronchante...
La pena de todo esto es que no hay más volúmenes. Así que tomároslo con calma.
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