El año 2019 se tornó bastante duro por una mudanza a contracorriente y sin aliento. La verdad es que ahí comenzó nuestro confinamiento, alejados de nuestro entorno de amigos, vecinos y gente entrañable. Después el 2020 no vino mejor, con mucho trabajo por hacer y mucho ingenio para acabar haciendo cosas que me resultaron inimaginables. Uno no termina nunca de aprender, que es muy motivador, pero muy cansado mientras te exiges hasta el último minuto del día. por esa razón, el blog cayó en el olvido, ni libros, ni exposiciones, ni viajes, ni tantas otras cosas.
Si no me equivoco, de la feria del libro del Retiro el año pasado me traje también a casa el siguiente libro (pendiente por rescatar mi alemán de un cajón).
En algún momento incierto entre navidades y cumpleaños, también han llegado a casa:
Uno de los que siempre me gustó de Liao, y la casualidad. Por cierto, de este modo de he enterado que Bárbara Fiore ha fallecido el mes pasado. Qué categoría tiene su sello editorial...
Pacientemente hemos esperado a que este libro saliese a la luz desde aquel taller de ilustración con Elena y Gustavo en el que ya nos mostraron parte de su trabajo. Espero que sea fuertemente recompensado.
Olga es una de esas autoras que pone su concepción del mundo al servicio de sus historias. Gracias por intentar hacerlo mejor. Aquí siempre tienes a una lectora. (aunque no siempre compro para mí, también regalo sus libros).
Este año pude acercarme en dos ocasiones a ver la muestra del ABC en torno a Jimmy Liao. Fue fantástico, quería haberme llevado a mis alumnos por allí. Resolvía muchas cuestiones del área de Plástica.
Y durante el confinamiento, para ponerme un poco las pilas, recurrí a los clásicos. Cómo me acuerdo de mi profe de diseño que nos dejó algo huérfanos. Te recuerdo mucho, Marta, allá donde estés.