Este miércoles a mediodía me he pasado por la sala de exposiciones Canal de Isabel II en la calle Santa Engracia a ver la muestra de muestras de
Joan Fontcuberta,
Imago ergo sum.
No sé el tiempo que hacía que no pasaba por allí, pues ahora existe un acceso directo a la sala de exposiciones y ya no es necesario mostrar el DNI e ir con la pegatina correspondiente. En todo caso, vayamos al grueso del asunto.
Recuerdo mis años de estudiante de fotografía en la universidad y el centro cultural de Móstoles. Recuerdo exposiciones míticas y muy buenas de aquellos años, y lo más triste es que recuerdo haber visto la publicidad de las exposiciones de Joan Fontcuberta por los madriles y no haberme acercado nunca a verlas.
Es que hoy me he sentido de verdad una completa imbécil cuando lo he descubierto por fin. Me estaba riendo junto a unos desconocidos delante de algunas fotos del proyecto
Karelia y me venía a la memoria el cartel que la anunciaba. Si no recuerdo mal, Fontcuberta tuvo alguna exposición en la Fundación Telefónica. Allí he visto selecciones estupendas de Newton, Catany, Madoz,...realmente lo de hoy es como chupar un bombón y no habértelo comido. Qué rabia.
Así que tiene delito el no pasarse a ver lo que ha sido Fontcuberta en estos años, y como no, otra exposición en el Museo Nacional de Ciencias Naturales,
Fauna secreta, que permacecerá hasta el 27 de marzo, pendiente de ver.
No puedo expresar lo bien que uno se siente como espectador y público de un proyecto suyo. Va más allá de una mera exposición. La manera de abordar los planteamientos de sus proyectos es emocionante, y el autor es a la vez pedagógico, divertido, con alma, y crítico. El público de allí comentaba en alto que se lo debía de haber pasado en grande. Y es que si después de todo, no lo hiciese...
Os dejo el enlace al
vídeo que se proyecta en la planta superior en relación a varios proyectos anteriores, que son los que recopila la muestra.